Allá en una esquina serena
la vieron mis ojos cual clara estrella
el candor surgió una vez descubierta
su sonrisa yacente bajo la faz de la tierra.
Oh, nunca había visto yo
Una frescura tan quimera
que mis pupilas cegó
como una explosión de un meteoro
en una esfera.
Tan grande fue mi palpitar al acercarme a ella
que se enredaron mis versos, ¡que irremediable pena¡
una vibrante música salió de sus labios
y al igual que yo conversamos un rato.
-¿Qué nombre posee la mujer de mis sueños?
(Pregunté ante ella como un humilde caballero)
-Mi nombre es Sofía me dijo apenada
Y a partir de ahí, después de la nada
Salimos al parque y caminando un poco
Un beso a sus labios le robé tan de pronto
que dobló sus rodillas y me dijo sincera
-Cuánto tiempo he esperado sentada en la acera
a un hombre que viniera y me dijera que seré yo
quien sus sueños sintiera.
La historia no termina aquí damas y caballeros
pues después de 55 años y medio
aún recordamos aquel acontecimiento
donde el amor a primera vista surgió como un cuento.
Autor: Wendy Mendoza Zamudio
